El tratamiento facial como rutina de belleza
El tratamiento facial debería de ser un hábito para tí si quieres mantener la piel de tu rostro sana y luminosa ya que la piel de la cara se enfrenta diariamente a muchos factores que, sin darnos cuenta, pueden perjudicarla empeorando su estado, robándole su vitalidad y haciéndola perder su uniformidad y luminosidad. Estos factores son, por ejemplo, el uso del maquillaje y la calidad del mismo, el polvo y la suciedad que hay en el ambiente.
La suciedad se produce porque los orificios de los folículos de nuestra piel crean una sustancia de composición grasa llamada “sebo” necesaria para la hidratación de la piel pero que, unida a las bacterias y células muertas acaban obstruyéndolos produciendo imperfecciones, puntos negros, granos y espinillas que impiden que nuestra piel traspire correctamente y empeoran su textura.
La rutina de belleza adecuada es una limpieza facial diurna para preparar la piel para el día y una limpieza de cutis nocturna para ayudarnos a potenciar los efectos reparadores del descanso. Recuerda también que la utilización de los productos cosméticos adecuados, geles faciales, cremas hidratantes, desmaquillantes de calidad y la buena alimentación serán tu aliado perfecto para que la piel de tu rostro luzca un aspecto inmejorable.
Por todo esto, si queremos mantener nuestra piel en un buen estado de conservación, no basta con tener una buena rutina de limpieza diaria si no que debemos complementarla con un tratamiento facial profesional que nos permita cuidar y mimar nuestra piel de la forma más adecuada.
Ventajas de los tratamientos faciales profesionales
Las limpiezas faciales y las rutinas diarias de limpieza de cutis son complementarias por lo que, aunque te realices un tratamiento facial profesional debes continuar manteniendo también tu rutina de belleza diaria.
Las limpiezas faciales profesionales ayudan a equilibrar los niveles de grasa e hidratación de nuestra piel, previenen la acumulación de suciedad en la cara y evitan posibles infecciones. Además tienen efectos relajantes, favoreciendo la circulación sanguínea del rostro y dejando la piel preparada para absorber mejor los tónicos, hidratantes y demás cosméticos que se quieran utilizar.
Las ventajas de acudir a un profesional de estética son:
- Un profesional con experiencia utiliza métodos y productos cosméticos de calidad adecuados para preparar la piel previamente. Esto permite que el tratamiento facial sea mucho más efectivo y menos agresivo para nuestro rostro.
- Los especialistas estéticos pueden disponer de herramientas como por ejemplo el “peeling ultrasónico” que potencian el efecto del tratamiento.
- Se garantiza una mayor higiene durante el proceso para evitar infecciones.
- Las pieles pueden tener características muy diferentes unas de otras por lo que sus necesidades de tratamiento también lo serán. Es necesario que sean evaluadas correctamente por un profesional estético para la aplicación del tratamiento facial más adecuado.
Frecuencia de la limpieza facial y duración
En función de las características de nuestra piel y su estado, la frecuencia de los tratamientos faciales podrá variar, aunque es recomendable acudir a nuestro profesional de confianza al menos cada cierto tiempo. La recomendación general en función del tipo de piel sería:
- Grasas o con acné: Cada 4 o 6 semanas.
- Normales y mixtas: Cada 2 meses.
- Secas: Cada 3 o 4 meses.
Estas frecuencias son orientativas por lo que, en caso de duda, pregunta a tu profesional de confianza.
La duración de una limpieza facial suele durar en torno a 45 minutos. Sin embargo, en función de los materiales y los tratamientos aplicados podría incluso durar más de 1 hora. Es recomendable dejar descansar la piel si se requiere de un tratamiento muy exhaustivo y realizar varias sesiones.
Recomendaciones de Mi Estetika
Recuerda que la limpieza facial profesional debe ser realizada por una persona experta en ello, de lo contrario, se pueden producir irritaciones, marcas o daños cutáneos, por lo que debes acudir a un profesional de confianza.
Por último, si tienes alguna afección dérmica recuerda comentárselo al profesional que vaya a realizarte el tratamiento facial. De este modo podrá realizar el más adecuado para ti. Además, en ocasiones, las limpiezas faciales pueden no ser adecuadas cuando existen espinillas inflamadas de color amarillento, cuando la piel tiene enfermedades específicas tales como piel rosácea o cuando es demasiado sensible. En estos casos, lo más recomendable es acudir al dermatólogo para realizar un tratamiento especializado en estas afecciones.
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